La curación de un tatuaje generalmente ocurre en dos fases. La primera fase, donde el tatuaje puede lucir brillante y sentirse como una quemadura solar, dura aproximadamente una semana. Durante este tiempo, es esencial mantener el tatuaje limpio y evitar sumergirlo en agua. La segunda fase implica la descamación de la piel, similar a una quemadura solar, y puede durar de una a tres semanas. Aunque la superficie del tatuaje puede parecer curada después de 2-4 semanas, las capas más profundas de la piel pueden tardar meses en curarse completamente.
Es recomendable esperar al menos 48 horas antes de hacer ejercicio intenso después de hacerte un tatuaje. El sudor puede irritar el tatuaje, y la fricción de la ropa o el equipo puede causar daño. Además, debes evitar sumergir el tatuaje en agua, lo que significa que nadar está fuera de discusión hasta que el tatuaje esté completamente curado.
Si tienes alergias o afecciones de la piel, es esencial consultar a un dermatólogo antes de hacerte un tatuaje. Algunas personas pueden ser alérgicas a ciertos tipos de tinta, y las afecciones de la piel como el eczema o la psoriasis pueden verse afectadas por un tatuaje. Es crucial hacer una prueba de parche de la tinta antes de hacerse el tatuaje completo.
Sí, es posible eliminar o modificar un tatuaje en el futuro. La eliminación de tatuajes se realiza generalmente con láser y puede requerir múltiples sesiones dependiendo del tamaño, color y ubicación del tatuaje. Es importante tener en cuenta que la eliminación completa no siempre es garantizada y puede dejar cicatrices o decoloración en la piel. Modificar un tatuaje, ya sea para corregirlo o rediseñarlo, es más sencillo y se hace tatuando sobre el diseño existente.
La sensación de hacerse un tatuaje varía de persona a persona y depende de la ubicación del tatuaje en el cuerpo. Áreas con más tejido adiposo suelen ser menos dolorosas, mientras que áreas cerca de huesos o con piel delgada pueden ser más sensibles. La mayoría de las personas describen la sensación como un ardor o una serie de pinchazos rápidos. Es importante estar relajado y seguir las instrucciones del tatuador para minimizar el dolor.